La poesía no puede ser explicada, de serlo termina en el campo del ensayo.

sábado, 9 de mayo de 2009

Polisínton en la Enredadera.(Episodio 6)

Polisínton en la enredadera. Jes RICART
La catarsis tiene esto: te subes a la parra y luego no sabes bajar. Tampoco hay nadie por las inmediaciones para que te arrime una escalera. Fui el otro día a recoger el finiquito a la empresa. Debo ser una de las pocas personas que en tiempos de precariedad laboral y crisis financiera haya decidido abandonar su trabajo por cuenta propia. Ni siquiera pedido simular un despido forzado o sea que el monto de la paga se vivo bastante más reducida. Esta ha sido la última paga que he cobrado en mi vida. A partir de ahora, la incógnita. No volveré a venderme a ningún otro postor por cuantiosa que fuera su oferta. En el trabajo el par de compañeras con las que compartíamos ratos de charlas no entendían mi decisión.
-¿Estás segura de lo que haces? Te arrepentirás –me dijo una-
-Más vale pájaro en mano que ciento volando. Este trabajo tampoco está tan mal, te limitas a cumplirlo, dedicas tus horas diarias y tienes tu paga con la que hacer lo que realmente te guste.-dijo la otra-
-Tengo la sensación que basta una pequeña parte del día haciendo algo en contra de ti misma para que el resto del día quede manchado y estéril.-dije yo-
-¡eres demasiado remilgada chica! Este mundo es para vivirlo en la impureza.-dijo la primera-
-No podemos elegir, nos toca trabajar y formar parte de la cadena –dijo la segunda-
-Vosotras lo tenéis más claro que yo. Creo que este mundo es para que cada cual viva su vida y no la de los demás –dije yo-
-Si no quieres trabajar nunca más ¿de qué vas a comer? Terminarás de indigente pidiendo limosna. -o lo que es peor te dedicarás a la mala vida.
-¡Ah! ¿Pero entonces me espera una vida peor que la que llevo aquí? –pregunté irónicamente-
-Quiero vivir todos los papeles, ser indigente en un comedor social o tener que dormir en una pensión de mala muerte no es algo que me asuste. Cuantos más escenarios de la vida visite y por más roles pase más aprenderé y me divertiré.
-¿Y cuando no tengas nada, absolutamente nada? –Preguntó la más dramática de las dos- ¡Seguro que acudirás a amigos y familiares! –sentenció-.
-No estés tan segura. He dicho que quiero vivir todos los personajes, si uno de ellos pasa por el del miserable pues lo viviré, lo que no voy a hacer es ir a buscar la bolsa de agua caliente a casa de mamá para mi jergón frío ahí donde lo tenga. Además eres muy exagerada. Nadie se hace rico trabajando con un salario paupérrimo para pagar los gastos de supervivencia. Sobrevivir lo tengo asegurado. E incluso más: también viviré, porque ahora experimento por primera vez las ganas de hacerlo. Hasta ahora me había visto a mi misma como un figurín más en el reparto de papeles, incluso como militante de distintos ismos.
Callaron. Me dieron por perdida. La gente cuando no quiere entrar en confrontación sonríe y cambia de tema. Como nos habíamos ido a comer juntas, la última comida, (no las volvería a ver nunca ms, salvo que la ley probabilística de la calle nos volviera a hacer encontrarnos) el resto de la conversación giró sobre películas, vestidos y sus parejas respectivas. Se podría decir que éramos amigas. La gente tiene distintos círculos de relación. Tiene cuatro espacios fundamentales: el familiar de origen, el del grupo de amigos, el del grupo de su ámbito profesional y por supuesto el de mayor intimidad que es el de pareja o el de parejas que puede dar lugar a su propia familia, últimamente nuclear o minusculizada.
Nos despedimos con besos y abrazos deseándonos lo mejor y con las frases clicheadas substitutorias de los adioses deseando otra reunión. Para ese momento yo tan solo podía sospechar el alcance trágico de mi intuición en referencia a que la gente no cree las palabras que dice y solo las dice para enmascarar silencios. Por el momento sé que los grupos de relación estable: parejas, compañeros de trabajo, vecinos, el grupo de salida y de excursiones, son en realidad formas de parapetarse para no seguir investigando. He vivido engañada creyendo que los humanos eran más listos y sobre todo más seguros de sí mismos. No lo son, yo tampoco he sido la excepción. He dado por válidos los predicados que me enseñaron. Fui víctima del ambiente como todos. Creí que solo había una manera de vivir ahora sé que se puede vivir de múltiples maneras. Sé que la gente tiene miedo de recuperar su libertad porque sospecha y o sin razón que no sabría que hacer con ella. Los jubilados se morían prematuramente por esta razón. Cualquiera que pierde o es forzado a perder su función social o la que sea, enferma y fenece. Las mujeres contraen cánceres porque no pueden ser madres, reproductoras o buenas esposas. Los hombres se infartan porque quieren dar el do de pecho y que no se diga de ellos que no se mantuvieron firmes en el puesto de combate hasta el último momento. ¿A quién le importa si fuiste héroe? A los muchachos, a nuestros hombres, a los que lo fueron, a los que lo serán, a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros ligues, novios, esposos, amantes, colegas tenemos que decirles que paren ya de machadas, que no demuestre nada, que no nos protejan que no nos traten como agujeritos volante y punto, que la seducción es otra cosa. Si se comportan con naturalidad encontrarán sintonías, si van de eróticos salidos o protectores, apaga y vámonos. En cuanto a las mujeres hace un tiempo creía que tenían que dejar de ser monotemáticas con sus prendas de vestir y sus peluquerías, en cuanto a las más progres que la liberación de la mujer no era tanto su liberación del hombre como de sí mismas, de sus tonterías y alienaciones. Si hurgas en una mujer que quiere ser madre por encima de todo encuentras una de esclava, una esclava de su predicado, de sí misma, esperándole una agenda de servidumbre. Ahora veo las cosas de manera distinta. Cada sujeto es parte protagonista de su esclavitud .Hace de presa del cazador con red. Se presta a ser esa figura. De hecho el esclavo piensa que solo hay dos roles biográficos posibles: ser cazador o ser cazado. Olvida que tanto el uno como el otro es víctima de este esquema. El uno tal vez sea pobre de remate toda la vida y el otro rico, de remate ídem, toda su vida, pero ambos perseguirán sus zanahorias, el uno comerá menos que el otro, pero ninguno de los dos se librará de su espejismo. Hay una tercera vía, que decían los socialistas democráticos en Checoslovaquia y en Italia y que yo he adaptado a mi conveniencia: la de no tener ningún objetivo social, ni el de la riqueza ni el de la liberación. Me excuso, diré que no hay mas liberación que la que una consigue para sí misma dejando sus terquedades conceptuales. No hay estado, ni partido ni movimiento ni revolución (ahora sí que estoy en plena polisíndeton efervescente) que te liberen si tú no eres capaz de decir no a lo falso, a la mentira social, al otro de pacotilla. Todo se resume a trocar la aquiescencia dominante con lo que no nos gusta por un no inequívoco, claro, resonante, definitivo.
A mis amigas de la empresa les pedí que no me olvidaran pero les aseguré que si nos reencontráramos o coincidíamos alguna vez no me reconocerían.

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