LA ESPIRAL POETICA

La poesía no puede ser explicada, de serlo termina en el campo del ensayo.

martes, 10 de julio de 2012

Ante un amante hipotético

Ante un amante hipotético/Poemas de un enamorado.


Reykiavick 23junio2012



Si crees que no te respeto

porque canto tus encantos

y me transparento como soy

no ocultando mi deseo,

si no te intereso como hombre

no aceptas mi vida

eludes mi encuentro

y mi gramática del anhelo

¿para qué me buscas

como instrumento?

¿por qué insistes

en controlar mis andanzas?



Si tu cuerpo de escaparate

no es para ofrecerlo

como cáliz de brebajes

¿qué hacemos hablando

de lo que no aceptas

porque muestras y no enseñas,

hablas y no dices,

criticas y no te adviertes?



¿Dejarás de ser forma mera

para ser sustancia y tierra,

mujer de verdad

y amante cierta?

no ya conmigo

que con estas palabras me volatilizo

-ni te buscaré ni me encontrarás-

sino con otro amante hipotético

que te de la oportunidad

de una vez al menos en tu vida

enamorarte y aprender a amar.



¿Dejarás de ser rencorosa,

estulta y pasmosa,

sufriendo como mujer rota

para rehacerte como diosa

más allá de tu tirria y vendetta?



Desiderátum fantochesco

Desiderátum fantochesco/Omnipoética


Blue Lagoon 6julio2012



Repito mis sueños y mis desalientos

encajonados como he ido pudiendo

en los dosieres de las certezas

que guardo con discreción, sin aspavientos.



No apologizo ninguna derechura

ni voy preripuesto para el lucimineto.

de un filón que se ha quedado sin doraduras.

con palabras fanfarronas he propuesto un futuro

desengallándome ahora de todo pronóstico

cuando me veo y sé tumefacto por los golpes

tantos que recibiera en el alama.



No me queda palique para convenceros

ni agarradero ante tiempos movedizos

pediría una ejercito de masupiales

donde protegernos de barrizales y eruditos.



Calderoniano desde siempre, poeta antes que proclamario

se me cumplen con verismo las pesadillas goyescas

tililaban bastantes de mis versos desde antes

que la brumosidad de facinersos barrutara

y las demagogias de los parteros nos engañaran.



Ungido por varias literaturas, las mías y las de otros

aún voy de opiniatra un tanto volandero

No de portaestandarte en un universo iconico.



Mi historia enrramada por las pizarras

busca acomodamiento fuera de cuestioens gremiales

en un trasmundo lejos de incurias

con mi conciencia forrada de potencialidades.



Me quedan parabienes que solicitar y desear

arrullado por las suertes que me tocaron

sigo aprenbdiendo de contendientes,

aliados o no en el desiderátum fantochesco;

me valgo de ellos para resucitar

y seguir viviendo de nuevo.



viernes, 10 de diciembre de 2010

La ética y su vulnerabilidad.

La ética y su vulnerabilidad: la paradoja de una enseñanza inconclusa.

JesRICART
Más que un consenso, el clamor universal por la educación en valores  es aplastante.  Con los siglos, el sentido de la educación se ha ido modificando desde intenciones más técnicas a intenciones mas éticas aunque su praxis sigue siendo fundamentalmente instrumentalista. Ante cada catástrofe de falta de organización social, indices crecientes de criminalidad, accidentalidad, caos urbanístico, degradación medioambiental e incapacidad manifiesta en la resolución de conflictos las quejas por falta de educación no se hacen esperar. Pero cada vez que surge la demanda educativa surge también su conflicto interpretativo ¿de qué educación se está hablando? La transferencia de conocimientos técnicos es mucho mas fácil que que la de transferencia de valores. Mientras que lo técnico tiene lecturas mas estables o univocas los valores son variables. De hecho, en el campo de estos el mensajero influye poderosamente en el contenido del mensaje, mientras que en el campo de aquellos el mensaje obliga a que el mensajero se adapte a su pauta de enseñanza. Es ese umbral de subjetivismo lo que hace que cada valor tenga lecturas distintas hasta el punto que un mismo valor pueda tener, si así puede decir, valores contrarios. Es por eso que la transmisión de los valores adolece en su propio enfoque de una unicidad.

En el zoo humano, cada cual metido en su propia jaula biográfica, expuesto al control de los dioses como espectadores, las distintas interacciones dan lugar a diferentes actitudes. En un conglomerado de presencias cada cual lucha por su propia supervivencia tratando de no ser aplastado (ni física ni psicológicamente) por ningún otro y tratando, a su vez, de relacionarse correctamente con los demás sin hacer daño a nadie. ¿Pero es esto posible en su totalidad? Por mucho que uno se empeñe en vivir una vida ética y correcta respetando sumamente los espacios y la vida, va a incurrir en una serie de actos de consumo que involuntariamente va a crear problemas de orden social en otra parte del planeta. Incluso militando en actos solidarios puede contribuir a desencadenar problemas que no controla y de los que sea inconsciente (las campañas contra la hambruna en Etiopía a mediados de los 50 que fletaron camiones de alimentos y aviones al país, sus descargas fueron manipuladas por el estado aprovechándose de aquella avalancha de ayuda para reconducir una parte de la población a una zona mucho peor, llegando a provocar tal égida mas muertes que las que hubiera producido el hambre).

 Un valor humano –redefinámoslo- es aquel hecho, conducta, acto, idea y actitud que tiene un amplio reconocimiento universal y que sirve para que los parámetros fundamentales de las condición humana prevalezcan: vida, libertad, paz, concordia,.. Sin embargo los valores no son presentados con dicotomías claras ni vienen siempre solos. Mas bien son mezclados y confundidos en coyunturas violentas y caóticas para las que no hay manuales precisos para intervenir. A cada persona madura le toca decidir en su contexto particular la corrección o incorrección de cada hecho. Lo que en casa del vecino puede ser correcto hacer no tiene porque serlo en la propia y al revés. Esa variabilidad es lo que convierte la lucha en la transmisión de valores en un esfuerzo pedagógico por transmitir una metodología de evaluación. El valor del educando no reside en su memoria de una receta o de un decálogo sino en una capacidad adaptativa de un saber ético a cada situación dada. Es ese saber el que llevará en una situación a desobedecer, quitar e incluso matar y en otras a todo lo contrario.

En las coordenadas escolares al docente le compete enseñar patrones referenciales pero al mismo tiempo en advertir de su no estabilidad histórica permanente y de las probabilidades de sus crisis de futuro. Al mismo tiempo que se enseñan valores hay que enseñar que no todo el mundo está entrenado en ellos ni los acepta.

La didáctica de los valores en clase o en inmersiones informativas (de hecho, de cada noticia social se puede y debería hablar también bajo su enfoque en cuanto a sus valores) cae en relativismos considerables si no se objetiva absolutamente el tema del que se trata. De las noticias hay muchos elementos que son no referidos o manipulados lo que da a lugar a controversias interminables. Un ejercicio de aula muy instructivo que permite el debate lo mas objetivo posible reduciendo el peligro en visceralizaciones emocionales es el del uso de video documentales. Una película cuenta una historia que la propone, en principio, como un  producto video gráfico terminado. Tal trabajo estimula de diferentes maneras las diferentes sensibilidades e inteligencias que van tomando posición por las actitudes referidas, a favor o en contra. Es imposible que  todo el mundo este absolutamente de acuerdo en todos los matices de un conglomerado de actitudes. La diferenciación indicará las distintas predisposiciones éticas a aquello de lo que se trata. La ética pues no es algo que exista fuera del individuo sino que coexiste con él de una manera adaptada concreta. La transmisión de valores choca con el mismo hecho de una falta de ética universal, falta esta que tampoco resolvería ningún congreso internacional que la fallara. En tanto que pasa por la metodología de uso individual y la coyuntura cambiante es la conciencia particularizada la que sabe (o debería saber) lo justo o injusto de cada postura que acometa.

Nos encontramos con que la falta de organización del concepto de valor  se traslada a la autoconciencia individual para regularlo lo que significa que la sociedad delega en cada individuo la responsabilidad de respetarla. Esa transacción descansa en el supuesto de que cada individuo tiene consciencia y por tanto sabe si actúa correctamente o no. Como que ese supuesto es exagerado y el individuo se protege a si mismo por encima de sus incorrecciones la tendencia a la autocorreccion no es la predominante. Eso nos coloca en una posición pedagogica laberíntica: estamos emplazados a educar determinados valores con las puertas abiertas a renunciar a ellos en determinadas excepciones. La excepcionalidad es lo que devalúa el rango de la perpetuidad de una seguridad ética. Veamos lo que hace un sistema legal: acude a las practicas de las que justamente quiere defender a la sociedad, tales como prohibir la libertad o anular la vida, actividades estas propias del crimen. El conjunto de valores que define a una persona integra: honorable, digna, solidaria, comunicativa, comprensiva, franca, no impostora, madura, confiable,…no la salvan de pasar al ostracismo o al muro de las pedradas o de los insultos si comete puntualmente un acto fuera de la ley. En la casuística jurídica no pocos reos impecables como personas fueron juzgados y condenados injustamente. Por otra parte la persona mas justa no esta a salvo de ella misma, de sus demonios internos en determinadas coordenadas de angustia y de presión, para llegar a hacer cosas de las que no había sospechado nunca que llegara a cometer.

Mientras un individuo no toma partido o no toma posición ante determinadas avatares puede creerse que esta caminando su vida por una línea recta, en cuanto las circunstancias le obligan a tomarla se va a ver visto agraciado por unos y discutido por otros dando lugar a lecturas diferentes de su ética personal. Fred Uhlman en El amigo reencontrado) refiere como su padre, judío, se discutió con un sionista en los años 30, durante el propagandismo del sionismo a favor del retorno del pueblo judío a Palestina reclamada  como su tierra, algo tan fuera de lugar como si los italianos reclamaran Alemania por haberla invadido en la época del imperio de Roma. Desde mediados del XX la cuestión judía ha estado como uno de los ejes de las caracterizaciones de la realidad internacional. Posicionarse a favor de los judíos ha llegado a ser una cuestión ética. Las relaciones y sentimentalidades que ha generado su égida ha sido distinta. El sionismo que en alguna época había sido considerado como la única alternativa para la identidad del pueblo judío y la solidaridad con él durante y después de la tentativa de su exterminio por el poder nazi ha ido evolucionando hacia posiciones masivamente extendidas en su contra por lo que hace con los palestinos. Claro que la toma de partido por una de las fuerzas en conflicto tiene mas que ver con una evaluación política que no con la filosofía ética. La ética, por extraño que parezca,  se puede rastrear en ambas partes de un conflicto y de bandos militarmente enfrentados. Esa multilateralidad es lo que ha lace tan complicada de entender y transmitir.

La educación mas básica, la de hábitos cívicos tiene en contrapartida el uso de técnicas que se oponen al mismo valor. Si la educación hubiera sido históricamente posible de asegurar sin contratiempos ahora tendríamos generaciones enteras de sabios y eso no es así. La educación no se entiende por un igual en todas partes y hay un tipo de educación que no se garantiza sin castigo. La praxis cívica de lo mas elemental le debe una parte de su aplicación al temor al castigo en los casos menos educados que optan por la destrucción sin sentido y el sabotaje de la concordia colectiva. Esa es la pregunta que sigue resonando y haciendo daño a nuestros oídos.¿es posible un principio universal de educación de valores sin ninguna clase de forzamiento? ¿puede la sociedad permitirse vivir con sectores notorios que no aceptan ni van a aceptar voluntariamente la educación en sensibilidad y respeto?

La posición ética es vulnerable frente a la no ética. La personalidad que ha interiorizado unos códigos de vivir en colectividad se encuentra indefensa ante otra que no los respeta y que no cumple con las reglas del juego relacional. El resultado es que la persona educada tiene que respetar a la no educada siendo vulnerable frente a los ataques e insultos de ésta. ¿cómo corregir esas actitudes sin el uso de una fuerza que las neutralice?
A Orange, a quien corresponda, es decir desde el primer gerente al último empleado.
1. No tenemos ningun contrato firmado con Vds. por un servicio de ADSL ni teléfono fijo. En el supuesto de que aleguen que hay una grabación solicitándolo les recordamos que anulamos nuestra demanda antes de que transcurrieran 24 horas.
2. La solicitud de portabilidad de nuestro número desde Movistar lo anulamos antes de que tramitaran la gestión. Desconocemos como se las han ingeniado para seguir adelante con esta portabilidad. La cual nos ha ocasionado gastos con Movistar y la decisión firme e irrevocable de prescindir de nuestro número de teléfono fijo. (Dadas las características del mercado con compañías fraudulentas que se aprovechan de los vacios legales nos vemos empujados a reducirles las oportunidades para que nos victimicen de nuevo).
3. Cuando enviaron Vds. un ruter por paquetería exprés (un paquete cerrado en el que no aparecía ni su logo ni su nombre) fue aceptado en nuestra dirección creyendo que se trataba de otra clase de envío. No hemos encontrado ninguna forma de devolvérselo ya que ni la empresa de portes lo acepta ni ninguna de las muchas tiendas de franquicia que hay repartidas por las ciudades con su nombre lo asume como una de sus funciones.
4. El hecho de que hayan conseguido suspender el servicio de Movistar (que aunque intermitentemente funcional y sin ser una gloria es lo que nos ha venido dando una cobertura durante la mayor parte de este año) sin ningun contacto personalizado por su lado (ni una sola llamada, ni una sola carta) demuestra su intencionalidad nada correcta ni ética para este asunto.
5. somos victimas de su empresa y no solo de su empleado que nos hizo creer que efectivamente quedaba recogida nuestra contrapropuesta (la de suspensión de la solicitud inicial de portabilidad).
6. Desde el momento en que Movistar ha dejado de cubrir nuestro servicio las llamadas a nuestro número son contestadas, sin que haya un tren de tonalidades mínimo, por un buzón automatizado para dejar mensajes. A parte de dar una lamentable impresión (la cual tipificamos como agravio) ante nuestros amigos y agenda de contactos y clientes, lo consideramos como un acto de intrusismo en nuestra vida privada.
7. durante el 2008, tambien antes e inmediatamente después fuimos clientes de su compañía con el mismo número telefónico. La cuota de entre 10 y 20€ de aquel año la hacía interesante y la mantuvimos a pesar de no usar para nada la conexión internáutica. Posteriormente otra oferta nos hizo cambiar de compañía.
Lamentamos profundamente todo este enredo, no por Vds. si no por nosotros y nos solidarizamos con todos los demás clientes y ex clientes que tienen problemas con Vds. saben perfectamente, y lo pueden comprobar con el consumo nulo del numero en cuestión que no somos sus clientes, ni estamos -pueden añadir a sus estudios de realidad- dispuestos a reconsiderar serlo. Prevemos su siguiente jugada: facturarnos mensualmente por un servicio que no es tal. No se esfuercen, no les pagaremos un céntimo. Si se les ocurre categorizarnos como morosos por ello no harán más que aumentar su descrédito ante el mercado.
Por de pronto esta carta y el cuento de toda esta película del fracaso de nuestro contacto con Vds., a ser difundida on line. El único poder que tenemos los consumidores es auto defendernos antes las trampas en que se nos meten con praxis comerciales fraudulentas.
Jes / Vic

a MOVISTAR

A Movistar Cerdanyola del Vallès 1diciembre2010


Nuestro antiguo número de teléfono 936911980 titular 31192004W

La compañía Movistar ha cortado el servicio a nuestra línea de un día para otro sin preaviso aceptando una portabilidad de nuestro número a Orange. Con Orange si bien es cierto que nos interesamos por su oferta (dadas los continuos déficits de servicio de Movistar) retiramos nuestra autorización de traslado, algo que quedó claro para ambas compañías en su momento y de lo que debería quedar registro grabado en sus archivos.

Los 10 meses aproximadamente de ser clientes de Movistar, la relación ha sido mas de odio que de amor a juzgar por las continuas llamadas que hemos tenido que hacer al servicio técnico pidiendo auxilio por las disrupciones de la cobertura ADSL. Eso ha alterado en diversas ocasiones la marcha de nuestro despacho ocasionándonos considerables prejuicios.

Ya el traslado desde una compañía anterior (Jazztel a la suya) fue porque nos dejamos seducir por un engaño publicitario: el de unas 10 noches de hotel pagadas. Tras grabar el contrato de voz y dejar pasar unos cuantos días sin que Movistar diera señales de vida, en una llamada posterior se nos hizo saber que nuestra demanda no podía ser satisfecha con aquella oferta. Porque nuestra zona no lo permitía. Puesto que nos quedamos literalmente sin acceso al ciberespacio gracias a esa estupenda coordinación que tienen las compañías entre ellas y a la información fraudulenta que ofrecen para arrebatarse la cartera de clientes las unas a las otras , no nos quedó otro remedio que aceptar otro contrato desventajoso: más dinero y ninguna dádiva por nuestra categoría de nuevos clientes.

Cuando al fin conseguimos la conexión desde el principio ha sido mediocre debiendo hacer r multitud de consultas con la consiguiente pérdida de tiempo por nuestra parte y desde luego para la suya. El protocolo de pasar por la musiquita, pulsar teclas numéricas para ser reconducidos al departamento ha alterado nuestra capacidad para la paciencia.

Movistar sabia y sabe que no aceptábamos la portabilidad a Orange, si la han concedido es porque demuestra su poca eficacia en conservarnos como clientes.

El motivo de la presente es certificar nuestra no disposición a esta portabilidad pero no para reclamar el retorno a que nos presten Movistar su servicio, el cual, repetimos ha sido deplorable, sino para terminar con toda clase de relación comercial con tal compañía.

Al parecer quieren cobrar un extra por el no cumplimiento de permanencia en su compañía. Es cuestionable la legalidad de este requisito pero es totalmente ilegítimo ya que el derecho sagrado del cliente a continuar con un producto o un servicio es su satisfacción con la calidad del mismo o que se ajuste a lo contratado, puesto que Movistar es incompetente, cuando menos en nuestro caso (la estadística de los demás casos de enojo de otros cliente s defraudados ya irá saliendo a la luz pública) por lo que hace a la cobertura de servicio, automáticamente el contrato se rescinde por sí mismo. Todo el dinero que hasta ahora les hemos pagado (en torno a los 500€) ha sido un dinero perdido. Ninguna factura que carguen a nuestra cuenta será satisfecha.

Nos ha agotado tanto el fraude continuado del que hemos sido objetos que este último detalle entre compañías nos ha hecho nos ha hecho reconsiderar la necesidad de continuar teniendo un número fijo. Hemos optado por no tenerlos y no darles nuevas oportunidades a ser campo abonado para sus oportunismos. Nos han hecho sentirnos como objetos mercantiles negociados a nuestras espaldas,

Olvídennos, no nos envíen ninguna clase de factura por un servicio que no tenemos, bórrennos de sus bases de datos.

Este texto además de enviárselo queda inserto on line en las páginas de las penurias de tantos consumistas defraudados para conocimiento público.

Jes y Vic

martes, 30 de noviembre de 2010

Los valores desvalorados

La ética es un plato de conceptos que no termina nunca de estar del todo cocinado. La ambivalencia de cada valor  que se traiga a colación, que se cite, enumere y enliste, complica el alcance de una conclusión terminada, por muchas declaraciones intermedias que se hagan a favor de unos principios fundamentales. Desde la Grecia antigua -de la que nos hicimos una imagen un tanto bucólica con sus pensadores dedicados a pensar- a la actualidad tras pasar por multitud de vericuetos históricos en los que se han trasegado palabras magnas dedicadas a las grandes convenciones- la concepción ética no parece que haya avanzado tanto. Arrastra un déficit conceptual y se ha banalizado a unos cuantos enunciados genéricos no tan lejanos de las morales tradicionales. Es difícil construir un cuerpo ético de carácter universal vinculante de todos los seres humanos porque no hay un consenso de la definición del Mal. Ante un malicioso ataque externo cargado de maldad si el atacado neutraliza al atacante resultando herido (o muerto) ¿de qué lado está el mal? En los disgustos sobre la guerra el cristianismo que inicialmente fue la cuna de una visión pacifista y no combativa contra la violencia del otro (pon la segunda mejilla) terminaría por defender teóricamente la guerra como salvoconducto de supervivencia frente a los adversarios. Agustín de Hipona no tuvo dudas en defenderla. Tomas de Aquino también hablo de la licitud del recurso a las armas. Un asunto es la defensa primera del principio de no a toda violencia y guerra que expresa técnicamente una negación al mal y otro es la supuesta perpetuidad incondicional de ese predicado.
Ha habido males no neutralizados a tiempo que se complican y convierten en mayores. Ese reconocimiento está detrás del esquema predominante de la guerra preventiva (que se viene potenciando desde este siglo) y el de pertrechar una sociedad maxicontrolada con el pretexto de que sea segura. Lo cierto es que la violencia no para de crecer y los actos malévolos se encadenan unos a otros. En el balance de los daños ¿dónde está la diferencia entre quien participa activa y conscientemente de un proceso de maldad y quien no quiere ver más allá de su inmediatez para que su conciencia no le atormente? En Good de  Vicente Amorim a partir de la obra de C.P.Taylor, el personaje protagonizado por Viggo Mortensen es el de un tipo apocado, un académico que acepta un cargo en las SS, por la vanidad que le representa ser vanagloriado por su obra escrita. Para cuando se da cuenta de la barbaridad genocida del partido nazi ya es demasiado tarde. La paradoja de esa historia es como un hombre bueno puede ser cómplice de una maquinaria de maldad. Es conocido como muchos intelectuales conservaron sus cargos en la Alemania del nacionalsocialismo acatando las ordenes del nuevo poder y algunos aceptando su ideario, entre otros Heideguer, cuya estupenda propuesta para lo que se dio en llamar existencialismo no lo exoneraría de su responsabilidad participativa.
Participar del mal no requiere como condición concurrente la consciencia total de estar al corriente de tal participación. De hecho, hay un vasto interregno entre esa conciencia total que no se acepta y una displicencia en el autoanálisis de las propias actitudes, no fuera a ser que el reconocimiento autocrítico de las implicaciones obligara a retirarse a tiempo. Las cosas se han complicado tanto que en la misma doble condición de productores y consumidores las extensas masas proletarias participan como cómplices directas de un sistema contra el que pelean por la vía del sindicalismo. Cualquier consumidor (todos pues, salvo los eremitas perdidos –si los hubiere- que se alimenten del jugos de raíces) en el acto de consumo ya puede estar participando de un proceso malévolo aunque no tenga la menor malicia. Comprar productos en occidente que han sido fabricados por manos de niños explotados es un ejemplo típico. El consumidor no sabe todo de aquel producto que se lleva a la mesa del comedor o a sus estanterías. Sucumbe ante su forma y su precio, valora su función, pero deja fuera de su reflexión quien lo hizo y bajo que focos de control tuvo que hacerlo.
Los valores en occidente están sellados por la potencia económica de alcanzarlo todo, sea lo que sea y a cualquier precio. Cursan y se entraman dentro de una parafernalia fraseológica de generalidades que mencionan lo del respeto, lo de la paz y la concordia, lo de la verdad, lo del amor…sin que todo esto tenga una fuerza vinculante suficiente para garantizar un mundo tranquilo. Lo más patético es que quien se alza como mal contra el otro no lo hace aceptando esa etiqueta ni su rol destructivo. Lo que para una mirada es destrucción para otra es regeneración, lo que para una valoración es genocidio para otra es limpieza étnica.
En el campo expresivo los valores pueden tratar de ser consensuados (de aquí que existan declaraciones universales contra las ejecuciones sumarias, la falta de libertad o la tortura) en el campo de las fuerzas reales en pugna, toda convención queda en suspenso ante la emergencia de necesidades nacionales así catalizados por los estados al mando (sigue el ilegal campo de concentración en Guantánamo o la guerra contra Afganistán).

El mal no empezó con las armas de fuego ni siquiera con la quijada de Cain contra su hermano, si acudimos a la leyenda. El acto físico de fuerza contra otro ser es la consecuencia de una actitud dotada para ese ataque. Es la actitud la que hace la aptitud o crea una potencia de lucha. No falta quien ha encontrado y quiere encontrar  en las gestas de las armas una excusa para su gloria personal. Goethe interpelado por Napoleón le preguntó, éste,  por qué se empeñaba en seguir escribiendo dramas, cuando la verdadera tragedia estaba en la política. Son conocidos los delirios de grandeza que han llevado a la picota o a la muerte a millones de personas por la satisfacción de egos superlativos. Grandes gestas que han pasado como la extensión del mundo civilizado a las geografías de los bárbaros  como el expansionismo de Grecia con Alejandro el Magno se encontraron con sofisticaciones que les superaban. A más de 2mil años la cultura occidental sigue participando de un mal cultural al creer que la cuna de la civilización empezó en el mediterráneo desestimando el saber de otras latitudes. Esa cultura está anclada desde sus orígenes en aspiraciones invasivas sustentadas en la falsa presunción de la inferioridad de otros pueblos o razas. ¿de qué otro modo se hubiera armado el mal sino con la convicción de que aquello a lo que atacaban era peor? El esquema sigue prevaleciendo.
La relatividad de los factores hirientes lleva a posicionamientos totalmente opuestos cada uno de ellos amparándose por su lado con su bandera moralista particular. Vamos a poner a prueba un enunciado clásico en relación al respeto a la vida: matar está mal y por consiguiente tiene que ser reconvenida la conducta que mata. ¿Estamos de acuerdo en eso? Si ese enunciado genérico satisface suficientemente las culturas que se autosuponen progresistas, de él se deriva que la mayoría de humanos somos malignos en tanto que participamos de la mortandad de seres vivos seamos o no directamente sus matarifes. Se puede objetar que el predicado se refiere solo a no matar humanos. Okay, prosigamos: si matar a humanos está mal, todos los soldados que disparan para defender su país de una invasión extranjera o todos los que matan en defensa propia ante sus agresores, son malignos. No hay que desarrollar demasiado esa línea para entender rápidamente que todas las muertes son distintas y cada acto de matar lo es a su manera y por sus razones desplegando una casuística que necesita algo más que un código único para ser comprendida en toda su  amplitud. Pero la muerte que pasa por quitar a la fuerza la vida de otro no se reduce a la escena del disparo o del asesinato. Hay formas indirectas que producen ,muertes y cuyos responsables pasan por ser los señores impecables de grandes negocios. ¿Quién es peor, quien trafica con armas o quien las emplea; quien pone a circulación drogas o quien se violencia durante un episodio de crisis de abstinencia, quien hace de prostituta para pagar su deuda con la mafia que la ha esclavizado o su proxeneta? El tráfico de armas, drogas y mujeres (por este orden) son los negocios que más dinero mueve en el mundo pero si existen como negocios es porque en cada uno no faltan clientes. En última instancia toda la pirámide de lo maligno descansa en el consentimiento, la ignorancia y la negligencia de cada tipo exiguo que con su consumo parcial o su adhesión a una práctica mueve la enorme maquinaria de una sociedad peligrosa y peligrosamente alienada.
 Deducir que una discusión sobre ética ampara todas las elecciones personales posibles habrá tenido en cuenta mas su cancha relativista que no sus pautas prohibicionistas. Las civilizaciones se han consolidado sobre la base de represiones (el totemismo ya las instauró) concretadas en inhibiciones tácitas y en códigos de prohibiciones expresas  mientras que la libertad ética quiere colocar en la sede de cada individuo soberano, recreado sobre la base de su educación en la responsabilidad, su capacidad para las elecciones maduras. Sin embargo venimos asistiendo a un fracaso de la pedagogía aplicada. Por si misma la sociedad no evoluciona y por otro lado a los individuos nos disgusta ser prohibidos apelando a que se confíe en nosotros.  A la ética más y mejor elaborada le toca concretarse en códigos limitativos. La denominación semántica del límite pasa por la negación, por un no-hacer. Quien no ha aprendido a interiorizarlo en su praxis conductual otro (más sabio y con más poder) se lo va a imponer. Ese no es el problema, el problema es quien detenta el poder imponga, con esa excusa, las limitaciones a la libertad y a la creatividad y en suma a la autorrealización humana.
Mientras la ética espontánea no se universalice, (entendida esta como la revaloración y adaptación de los valores que más han demostrado sustentar la felicidad) los códigos represivos no solo continuarán sino que aumentarán. Al hablar de represión (impuesta o autoinducida) y de códigos prohibitivos es que se está partiendo de la interpretación de un ser humano incompetente que necesita ser limitado. Esa fue y sigue siendo la tesis privilegiada de las tiranías de distintas clases que, como sabemos y la historia ha demostrado, colocó en el desprecio creativo de los demás el argumento a favor de un caudillo o furher  Es un tema sumamente delicado ya que puede cargar de argumentos las artillerías de un nuevo fascismo. Mientras un individuo por su propia cuenta no sepa manejarse en sus interacciones con los demás, los demás –o sus representantes- deben reconducirlo para que no sea un peligro público. Es así que el código de tráfico (mucho más desarrollado que los códigos cívicos) establece sin ningun género de dudas las señales de prohibiciones explicitas, claramente separadas y no negociables, de las informativas y las sugerentes. Eso no pasa de pautar la coexistencia pacífica que al menos deja a salvo los comportamientos correctos de la lesividad potencial de los incorrectos. No será hasta la  superación de la noción de individuo neutralizado en sus desmanes por un lado y la del individuo protegido por su desamparo por el estado que se podrá hablar de un sujeto perfectible colocado en un proceso de evolución, esta vez sí, hacia su paz. A Mary Schelley con su relato Frankestein: el Prometeo moderno, se le atribuye el nacimiento de la neuroética. (había leído a Erasmus Darwin sobre la creación de la vida artificial). Su tesis es que la perfectibilidad del hombre da lugar a un monstruo. El monstruo todavía no ha sido superado, por eso la imaginería humana busca desculpabilizarse buscando la monstruosidad en otros que ya no pertenecen a la especie: desde zombies a la leyenda del King Kong que se reversiona de otras maneras. Convertirse en espectadores de un mal como otra forma de consumo puesto en las pantallas (cine de terror, realities shows, inventarios de sucesos criminales,…) aliena sobre los actos de protagonismo propio con el mal. Hay historias del siglo pasado que aun no han sido totalmente analizadas ni sus criminales depurados. De lo sucedido en Camboya se refiere como la historia de un crimen olvidado[1]. Algo semejante se puede decir de todos los países que van dejando pasar generaciones sin que haya habido reconocimientos de culpas y responsabilidades históricas en el crimen y sin la presión de la justicia para juzgar y condenar a los culpables.
La discusión sobre ética es tanto más fácil cuanto más teórica es y mas distancia (desde la sala de reuniones o la academia) toma con el crimen en directo. Ante la figura maligna, el criminal, el sujeto antiético, el humano anti-persona; además del encomio de una solicitud ingenua: “no vuelvas a hacerlo nunca más” toca imponer algún tipo de garantía para que su crimen no se repita. La relación entre un crimen consumado y la falta de valores en la estructura psíquica de personalidad del criminal está demostrada. La chica que unos diez años después de ser descubierta como asesina de su bebé enterrada dentro de una maleta (y por cierto con toda clase de pistas para ser localizada) confiesa que lo hizo por sentirse agobiada qué clase de individuo es: ¿cómo volver a aceptarla como un miembro de pleno derecho de la sociedad? Además de ser reeducada en valores humanos (aceptemos que hay hijos de humanos de la tierra que no son ni aspiran a ser personas) debería consagrar 50 o 60 años posteriores a trabajar en la reparación de su conducta.
El discurso protoético es bastante más que una jerigonza filotemática del asunto que nos trae. Las palabras no son naderías y los principios no pasan por relinchar como si eso fuera una garantía de su cumplimiento. El combate contra la sinrazón está lejos de terminar y un mundo de personas está en proceso de diseño conceptual todavía. A diario hay noticias de faltas éticas además de transgresiones a la lógica y a los comportamientos correctos. Lo peor es que a diario sigue habiendo maneras opuestas de calificar cada hecho, cada acto y cada comportamiento. Los valores están apuntados, dichos y repetidos hasta la saciedad, de la que la cultura es deficitaria es de su revaloración y reactualización.


[1] Saloth Sar (Pol Pot) detentó el poder durante 44 meses que dejo un saldo de 2millones de muertos en Camboya.

El telegrama diario

La complejidad de cada día no está en la franja temporalizada de las 24 horas que supone tanto como en la psique individual de quien lo vive. Su verdad en cuanto a comportamiento computable se resume en unas cuantas líneas. Hacerlo no cuesta tanto. No cuesta prácticamente nada y deja un reguero de datos de los que echar mano siempre que se necesite recordar lo que se hizo. Leerlos de corrido pude dar la impresión d haber hecho más de lo que realmente se hizo pero también de no haber hecho lo que se debía hacer. Un hecho no es más que un acto que puede implicar unos segundos o unas horas. No es tan trascendental su envergadura en cuanto arto concreto implicado como su significado representativo. No todos los actos, claro está, son referibles. Hay actos biológicos supuestos que no merecen ser  apuntados. Los que realmente interesan son los volitivos. Los actos que forman parte de una lista de deseos y de dinámicas sino siempre asumidas, sí importantes para las que forman parte de un plan personal. En el telegrama diario el que da cuenta de sí mismo se encuentra con unas cuantas cosas que lo expresan y caracterizan, lo confirman como sujeto que se autoelige como tal. Difícilmente  de un día entero se pueden apuntar más de una docena de cosas significativas por ordinarias que sean por mucho que un día en la vida de alguien pueda arrojar tal riqueza de detalles con los que poder escribir un libro voluminoso.
De acuerdo con consejos bienintencionados cada día hay que tomarlo como el primero de los siguientes y siempre como un espacio temporal único e induplicable. A pesar de eso la temporalidad tiende a convertirse en un marco ritualístico cuando la repetición de lugares y actos hace que impere la fórmula regulada por encima de la espontaneidad de lo imprevisto. A fin de cuentas como sujeto diario sigo un programa, mi propio plan. Lo que no hago en un día lo hago en dos o en varios. Cada año aumenta el marco de oportunidades junto a los anteriores acumulados para seguir aquellos deseos que empezaron a realizarse desde antes pero aun no se cumplieron del todo. Vivir una vida al completo es vivirla de acuerdo con lo que se desea hacer en ella. Los días se llenan de unos actos u otros en función de ese criterio rector.
El día es una unidad de tiempo y la vida se compone de días. Toca vivirlos con resolución. Es necesaria mucha libertad para eso. Quien vive temeroso de sí mismo y de lo que pueda hacer no será nunca libre, esa es una idea de Horacio pero confirmada a lo largo de la historia del pensamiento por otras muchas autorizadas voces.
En la auto observación de mi mismo tomaría el consejo de Kant por mi criterio de vida: el de obrar siempre de tal manera que la propia conducta pueda servir de principio de una legislación universal; si no fuera porque los actos diarios vienen determinados por varias circunstancias y no puedo tomarlos invariablemente como modelos a seguir por todos.
En el telegrama diario en ocasiones no puedo decir más de media docenas de cosas mínimamente relevantes. Cada año es más parecido al anterior en hábitos de vida. Mi biografía se llena de ritos: paseos, escritura, conversaciones, lecturas, algunas infos. Benjamín Franklin dijo que invertir en conocimientos es lo que produce los mayores intereses. Sí, estoy de acuerdo en eso, pero mis réditos materiales aunque cubren mis necesidades logísticas siguen siendo escasos. No pasaré a la historia por ser el hombre más rico del mundo, ni siquiera de mi continente, tampoco de mi país o de mi localidad. Tampoco podrá decirse que lo sea del grupo de mi clase. En cambio podría batirme verbalmente sin sonrojo con cualquiera, también con el más glorioso o el más rico, de tú a tú, en la desnudez de los títulos y con los verbos por todo recurso. No es mi glorificación lo que puedo esperar de mí. La gloria es un veneno que hay que tomar a pequeñas dosis dijo Honoré de Balzac. Tampoco  es mi intención alcanzar un caché que yo no pagaría en otro. Cada año lo paso sumando actos a los actos realizados en anteriores años. Hay pues una parte de repetición. Otra parte de innovaciones dadas por nuevas geografías y nuevas experiencias. En tercer lugar hay un aumento de mi mismo en mis elecciones. Inevitablemente cada año sé y tengo más cosas que el anterior.

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