La poesía no puede ser explicada, de serlo termina en el campo del ensayo.

martes, 1 de junio de 2010

Entre el amor poético y la vida como poema

.Entre el amor poético y la vida como poema.(notas) JesRICART

De lo que no hay la menor duda es que los nacientes del futuro no nos perdonarán que les dejemos un planeta tan inhabitable. No entenderán que habiendo dispuesto de todos los medios y avances malográramos los recursos y nos peleáramos entre nosotros hasta destruir todo viso de esperanza.

Sin amor a todo lo demás le falta un nexo que le dé sentido. Y siendo tan importante el amor como contenido, pasión y energía ¿por qué de su praxis se hacen tantos chantajes y presiones? ¿por qué muchas parejas se constituyen en pactos entre dos encarcelándose? ¿por qué hay tanto antagonismo entre el amor privado y el amor universal?

Hay dos clases de realismo: el muy mal informado que da lugar a los más entusiastas de los optimismos y el muy bien informado que da lugar al más depresivo de los fatalismos. El triunfalista nunca deja de perseguir zanahorias mientras que el pesimista lleva tiempo en que ya digerió la última.

Si mis lenguas maternas fueron unas y uno el himno nacional que me instruyeron, mi patria es la de las letras y mis colores los del arco iris y la luz boreal. Si mi biografía pasó entre fronteras y burocráticamente tamponado en cada barrera, mi alma se escapó de ser un ciudadano de pandereta y sigue auxiliándose con musas para eludir los golpes de las vendettas. Si mi cuerpo es de hombre mediterráneo metido en las casillas ahí quietito y ordenado, mis leyes son las de planeta y mi espíritu solo es devoto de la naturaleza.

Hubo una etapa, tras un empacho de cientifismo social, en que tuve que dejar de ser cartesiano para darme opción a la espontaneidad y a la locura. Después volví al sosiego a la lógica de los procesos ordenados, al antes y al después, a mi yo y a tú ahora.

Me gustan vuestras expresiones de cuatitas y washis,¿es que sois las hadas del cuento que siempre busqué conocer?. Vida de granja o rancho, ratos para el saludo y el poema, días que buscan ser días mejores y la diversión de los sentidos en una paz no alterada.

En cada nueva ventanita (campo, recuadrito,..o pósit, papelajo, billete para un apunte...) las letras distintas y diluidas, y distantes y destronadas, van saliendo de sus cautiverios para hacerse presentes en las timbas honestas sin dados trucados. Hay toda una literatura por descubrir, tan antigua como de la que se tiene noticia, pero que durmió por los cajones convertidos en féretros y que fue olvidada por autores que no compitieron por premios ni famas. Mientras se va dejando gotear, para compartirse con otras de canteras símiles, el negro sobre blanco de los soportes impresos seguirá sin advertirla no sea que desbanque otras pompas concelebradas por las efemérides exigidas por la industria de la publicación. Si yo soy letra porque yo soy yo y lavo mis heridas contándolas soy esa página de grafías que abraza con ternura a una lectora y la auxilia comprensiva en su viaje por la literatura.

Con acopio de besos y versos seguimos haciendo el camino, del que ya no me importa tanto su destino como la firmeza de sus tactos tersos.

Discriminación es una palabra que se presta a equívoco porque la aprendimos en relación a la exclusión que se hacia de derechos legítimos. No es la única que le ha pasado eso. Hay otras palabras como intolerancia que tampoco han sido aguantadas. Lo cierto es que podemos permitirnos recuperar la una y la otra y aplicarlas a situaciones que sí hay que discriminar o no tolerar radicalmente por su impresentabilidad y su ataque lesivo a las ideas, la libertad, el equilibrio o la paz.

La ideología habría sido tomada como la panacea del cálculo científico inapelable hasta que se comprobó que dentro de un ideólogo estanco latía un dogmático peligroso. Un conjunto de ideas solo puede dar a otro conjunto que lo reemplace en un proceso continuo de impugnación de las equivocaciones para no caer en la falacia de ningún pensamiento único, ni siquiera el que se otorga la marca de calidad de la revolución perfectísima. Lo que necesitamos, lo que queremos son revolucionarios mentales dispuestos a combatir su enemigo interno y a rehacer sus vidas rediseñando el sentido del ser humano. El supuesto de que una doctrina exacta pueda ser la solución definitiva a un mundo de tantos miedos, cobardías e injurias corre el riesgo de sectarizar el comportamiento y de convertir los conspiradores en alucinados que anden mascando sus paranoias en las alcantarillas. Lo revolucionario es construir hipótesis de cambios posibles que no vengan a maquear las formalidades sino a sentar las bases de una persona nueva con una psique diferente. El enemigo es cada otro que se resiste a progresar mentalmente y a evolucionar como un tipo íntegro.

De todos los actos que se pudieran inventariar, con un criterio elemental de evaluación se sabe los que forman parte del problema y los que sirven para construir soluciones.

El oficio de hada pasa por la magia, con un destello se inventa la vida, con otro se rescata una figura de la sombra, con uno más se vuela desde la ingravidez, y con otro se hacen de las palabras humildes las lecciones sabias para el futuro.

De las locuras y sus delirios andamos cautos aunque en viajes metafísicos puntuales les toquemos los genitales a ángeles de la guarda y otros adlátares. Nadie en su sano juicio se puede enamorar desde las pantallas y las distancias, por eso el amor requiere la conveniente suspensión del análisis logarítmico y la geometría euclidiana para tomarse sus opciones por el universo de la fantasíada. Como que lo único que diferencia la realidad potencial construida de sueños y deseos latentes y la realidad efectista, la de los fenómenos contables, es el empeño del sujeto jineteando el caballo de su historia, el único que puede dar categoría al imaginario de futuro o de mera quimera es quien cabalga.

Hubiera querido tener una existencia sin pasar por los bailes de adversidades y los circos de los contrarios, hubiera querido haberla vivido sin tener que teorizar la necesidad de una sociedad distinta, dedicada a la poética de la belleza y el elogio del momento. Combatir la realidad me quitó de mi mismo, dejándome de cuidar permitiendo que la desmaterialización me fuera haciendo polvo.

En el mar tumultuoso de las emociones hicimos el saldo de nuestros amores. Por mucho que amáramos y nos amaran siempre nos quedó algo por completar en el seno de otra alma. Que mi verdad y la tuya pudieran ser leyenda antes de que un ultimo torbellino me extinguiera bien podría ser el telón de un tiempo que no pedí en el que me metieron para no sé muy bien qué. Que tus deseos inclaudicables lleguen hasta mí, hasta mis cosas de hombre y mi cuerpo atlante, regurgitado por ese mar que devuelve sus secretos a los mortales para intentar segundas o últimas oportunidades.

Por el contrario, con los pies hundidos en la tierra, de barros embadurnado ya que no me hicieron de porcelana, mimético con el paisaje de torrentes y agua; me tronchó la realidad demasiado pronto sin poder huir para siempre a los paraísos literarios quedándome para encender velas en un tiempo de mártires sin demasiados santos. Del realismo carcelario quisieron que fuera su reo y yo siempre escapando, al fin, ahora que mis alas ya no remontan vuelos vuelvo a habitar la celda de al lado.

De lo sueños por un mundo mejor hicimos razones para vivir el presente, el de un mundo peor. Soportábamos éste por la conjetura de aquél. Lo hemos soñado a colores y en blanco y negro, mirado con las papelinas con que se miran los eclipses y tomándolo como un proyecto de destino seguro. Sigo soñándolo aunque no he parado de soñar razones por las que cada dia lo veo más lejos e improbable dada la falta de voluntad en un sistema infrahumano.

El horizonte es una línea óptica, en cuanto te acercas se desplaza más allá. De la utopía hice escuela y aprendí que hay dos clases de humanos los que creen en la fuerza de la voluntad para cambiar acontecimientos y los que se resignan a ellos en aras a la tradiciones incambiables. Me hice protagonista de las circunstancias y hasta me creí que el impacto de las acciones y las palabras cambiaban los hechos. Ahora sé que cada acto de rebelión puede ser manipulado en contra de su espíritu, que lo que queda de todo es una historiografía manipulando la historia y a los que seguimos soñando despiertos nos he dado el poema como testimonio y poco más.

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