La poesía no puede ser explicada, de serlo termina en el campo del ensayo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

La ética y su vulnerabilidad.

La ética y su vulnerabilidad: la paradoja de una enseñanza inconclusa.

JesRICART
Más que un consenso, el clamor universal por la educación en valores  es aplastante.  Con los siglos, el sentido de la educación se ha ido modificando desde intenciones más técnicas a intenciones mas éticas aunque su praxis sigue siendo fundamentalmente instrumentalista. Ante cada catástrofe de falta de organización social, indices crecientes de criminalidad, accidentalidad, caos urbanístico, degradación medioambiental e incapacidad manifiesta en la resolución de conflictos las quejas por falta de educación no se hacen esperar. Pero cada vez que surge la demanda educativa surge también su conflicto interpretativo ¿de qué educación se está hablando? La transferencia de conocimientos técnicos es mucho mas fácil que que la de transferencia de valores. Mientras que lo técnico tiene lecturas mas estables o univocas los valores son variables. De hecho, en el campo de estos el mensajero influye poderosamente en el contenido del mensaje, mientras que en el campo de aquellos el mensaje obliga a que el mensajero se adapte a su pauta de enseñanza. Es ese umbral de subjetivismo lo que hace que cada valor tenga lecturas distintas hasta el punto que un mismo valor pueda tener, si así puede decir, valores contrarios. Es por eso que la transmisión de los valores adolece en su propio enfoque de una unicidad.

En el zoo humano, cada cual metido en su propia jaula biográfica, expuesto al control de los dioses como espectadores, las distintas interacciones dan lugar a diferentes actitudes. En un conglomerado de presencias cada cual lucha por su propia supervivencia tratando de no ser aplastado (ni física ni psicológicamente) por ningún otro y tratando, a su vez, de relacionarse correctamente con los demás sin hacer daño a nadie. ¿Pero es esto posible en su totalidad? Por mucho que uno se empeñe en vivir una vida ética y correcta respetando sumamente los espacios y la vida, va a incurrir en una serie de actos de consumo que involuntariamente va a crear problemas de orden social en otra parte del planeta. Incluso militando en actos solidarios puede contribuir a desencadenar problemas que no controla y de los que sea inconsciente (las campañas contra la hambruna en Etiopía a mediados de los 50 que fletaron camiones de alimentos y aviones al país, sus descargas fueron manipuladas por el estado aprovechándose de aquella avalancha de ayuda para reconducir una parte de la población a una zona mucho peor, llegando a provocar tal égida mas muertes que las que hubiera producido el hambre).

 Un valor humano –redefinámoslo- es aquel hecho, conducta, acto, idea y actitud que tiene un amplio reconocimiento universal y que sirve para que los parámetros fundamentales de las condición humana prevalezcan: vida, libertad, paz, concordia,.. Sin embargo los valores no son presentados con dicotomías claras ni vienen siempre solos. Mas bien son mezclados y confundidos en coyunturas violentas y caóticas para las que no hay manuales precisos para intervenir. A cada persona madura le toca decidir en su contexto particular la corrección o incorrección de cada hecho. Lo que en casa del vecino puede ser correcto hacer no tiene porque serlo en la propia y al revés. Esa variabilidad es lo que convierte la lucha en la transmisión de valores en un esfuerzo pedagógico por transmitir una metodología de evaluación. El valor del educando no reside en su memoria de una receta o de un decálogo sino en una capacidad adaptativa de un saber ético a cada situación dada. Es ese saber el que llevará en una situación a desobedecer, quitar e incluso matar y en otras a todo lo contrario.

En las coordenadas escolares al docente le compete enseñar patrones referenciales pero al mismo tiempo en advertir de su no estabilidad histórica permanente y de las probabilidades de sus crisis de futuro. Al mismo tiempo que se enseñan valores hay que enseñar que no todo el mundo está entrenado en ellos ni los acepta.

La didáctica de los valores en clase o en inmersiones informativas (de hecho, de cada noticia social se puede y debería hablar también bajo su enfoque en cuanto a sus valores) cae en relativismos considerables si no se objetiva absolutamente el tema del que se trata. De las noticias hay muchos elementos que son no referidos o manipulados lo que da a lugar a controversias interminables. Un ejercicio de aula muy instructivo que permite el debate lo mas objetivo posible reduciendo el peligro en visceralizaciones emocionales es el del uso de video documentales. Una película cuenta una historia que la propone, en principio, como un  producto video gráfico terminado. Tal trabajo estimula de diferentes maneras las diferentes sensibilidades e inteligencias que van tomando posición por las actitudes referidas, a favor o en contra. Es imposible que  todo el mundo este absolutamente de acuerdo en todos los matices de un conglomerado de actitudes. La diferenciación indicará las distintas predisposiciones éticas a aquello de lo que se trata. La ética pues no es algo que exista fuera del individuo sino que coexiste con él de una manera adaptada concreta. La transmisión de valores choca con el mismo hecho de una falta de ética universal, falta esta que tampoco resolvería ningún congreso internacional que la fallara. En tanto que pasa por la metodología de uso individual y la coyuntura cambiante es la conciencia particularizada la que sabe (o debería saber) lo justo o injusto de cada postura que acometa.

Nos encontramos con que la falta de organización del concepto de valor  se traslada a la autoconciencia individual para regularlo lo que significa que la sociedad delega en cada individuo la responsabilidad de respetarla. Esa transacción descansa en el supuesto de que cada individuo tiene consciencia y por tanto sabe si actúa correctamente o no. Como que ese supuesto es exagerado y el individuo se protege a si mismo por encima de sus incorrecciones la tendencia a la autocorreccion no es la predominante. Eso nos coloca en una posición pedagogica laberíntica: estamos emplazados a educar determinados valores con las puertas abiertas a renunciar a ellos en determinadas excepciones. La excepcionalidad es lo que devalúa el rango de la perpetuidad de una seguridad ética. Veamos lo que hace un sistema legal: acude a las practicas de las que justamente quiere defender a la sociedad, tales como prohibir la libertad o anular la vida, actividades estas propias del crimen. El conjunto de valores que define a una persona integra: honorable, digna, solidaria, comunicativa, comprensiva, franca, no impostora, madura, confiable,…no la salvan de pasar al ostracismo o al muro de las pedradas o de los insultos si comete puntualmente un acto fuera de la ley. En la casuística jurídica no pocos reos impecables como personas fueron juzgados y condenados injustamente. Por otra parte la persona mas justa no esta a salvo de ella misma, de sus demonios internos en determinadas coordenadas de angustia y de presión, para llegar a hacer cosas de las que no había sospechado nunca que llegara a cometer.

Mientras un individuo no toma partido o no toma posición ante determinadas avatares puede creerse que esta caminando su vida por una línea recta, en cuanto las circunstancias le obligan a tomarla se va a ver visto agraciado por unos y discutido por otros dando lugar a lecturas diferentes de su ética personal. Fred Uhlman en El amigo reencontrado) refiere como su padre, judío, se discutió con un sionista en los años 30, durante el propagandismo del sionismo a favor del retorno del pueblo judío a Palestina reclamada  como su tierra, algo tan fuera de lugar como si los italianos reclamaran Alemania por haberla invadido en la época del imperio de Roma. Desde mediados del XX la cuestión judía ha estado como uno de los ejes de las caracterizaciones de la realidad internacional. Posicionarse a favor de los judíos ha llegado a ser una cuestión ética. Las relaciones y sentimentalidades que ha generado su égida ha sido distinta. El sionismo que en alguna época había sido considerado como la única alternativa para la identidad del pueblo judío y la solidaridad con él durante y después de la tentativa de su exterminio por el poder nazi ha ido evolucionando hacia posiciones masivamente extendidas en su contra por lo que hace con los palestinos. Claro que la toma de partido por una de las fuerzas en conflicto tiene mas que ver con una evaluación política que no con la filosofía ética. La ética, por extraño que parezca,  se puede rastrear en ambas partes de un conflicto y de bandos militarmente enfrentados. Esa multilateralidad es lo que ha lace tan complicada de entender y transmitir.

La educación mas básica, la de hábitos cívicos tiene en contrapartida el uso de técnicas que se oponen al mismo valor. Si la educación hubiera sido históricamente posible de asegurar sin contratiempos ahora tendríamos generaciones enteras de sabios y eso no es así. La educación no se entiende por un igual en todas partes y hay un tipo de educación que no se garantiza sin castigo. La praxis cívica de lo mas elemental le debe una parte de su aplicación al temor al castigo en los casos menos educados que optan por la destrucción sin sentido y el sabotaje de la concordia colectiva. Esa es la pregunta que sigue resonando y haciendo daño a nuestros oídos.¿es posible un principio universal de educación de valores sin ninguna clase de forzamiento? ¿puede la sociedad permitirse vivir con sectores notorios que no aceptan ni van a aceptar voluntariamente la educación en sensibilidad y respeto?

La posición ética es vulnerable frente a la no ética. La personalidad que ha interiorizado unos códigos de vivir en colectividad se encuentra indefensa ante otra que no los respeta y que no cumple con las reglas del juego relacional. El resultado es que la persona educada tiene que respetar a la no educada siendo vulnerable frente a los ataques e insultos de ésta. ¿cómo corregir esas actitudes sin el uso de una fuerza que las neutralice?

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