La poesía no puede ser explicada, de serlo termina en el campo del ensayo.

martes, 30 de noviembre de 2010

El telegrama diario

La complejidad de cada día no está en la franja temporalizada de las 24 horas que supone tanto como en la psique individual de quien lo vive. Su verdad en cuanto a comportamiento computable se resume en unas cuantas líneas. Hacerlo no cuesta tanto. No cuesta prácticamente nada y deja un reguero de datos de los que echar mano siempre que se necesite recordar lo que se hizo. Leerlos de corrido pude dar la impresión d haber hecho más de lo que realmente se hizo pero también de no haber hecho lo que se debía hacer. Un hecho no es más que un acto que puede implicar unos segundos o unas horas. No es tan trascendental su envergadura en cuanto arto concreto implicado como su significado representativo. No todos los actos, claro está, son referibles. Hay actos biológicos supuestos que no merecen ser  apuntados. Los que realmente interesan son los volitivos. Los actos que forman parte de una lista de deseos y de dinámicas sino siempre asumidas, sí importantes para las que forman parte de un plan personal. En el telegrama diario el que da cuenta de sí mismo se encuentra con unas cuantas cosas que lo expresan y caracterizan, lo confirman como sujeto que se autoelige como tal. Difícilmente  de un día entero se pueden apuntar más de una docena de cosas significativas por ordinarias que sean por mucho que un día en la vida de alguien pueda arrojar tal riqueza de detalles con los que poder escribir un libro voluminoso.
De acuerdo con consejos bienintencionados cada día hay que tomarlo como el primero de los siguientes y siempre como un espacio temporal único e induplicable. A pesar de eso la temporalidad tiende a convertirse en un marco ritualístico cuando la repetición de lugares y actos hace que impere la fórmula regulada por encima de la espontaneidad de lo imprevisto. A fin de cuentas como sujeto diario sigo un programa, mi propio plan. Lo que no hago en un día lo hago en dos o en varios. Cada año aumenta el marco de oportunidades junto a los anteriores acumulados para seguir aquellos deseos que empezaron a realizarse desde antes pero aun no se cumplieron del todo. Vivir una vida al completo es vivirla de acuerdo con lo que se desea hacer en ella. Los días se llenan de unos actos u otros en función de ese criterio rector.
El día es una unidad de tiempo y la vida se compone de días. Toca vivirlos con resolución. Es necesaria mucha libertad para eso. Quien vive temeroso de sí mismo y de lo que pueda hacer no será nunca libre, esa es una idea de Horacio pero confirmada a lo largo de la historia del pensamiento por otras muchas autorizadas voces.
En la auto observación de mi mismo tomaría el consejo de Kant por mi criterio de vida: el de obrar siempre de tal manera que la propia conducta pueda servir de principio de una legislación universal; si no fuera porque los actos diarios vienen determinados por varias circunstancias y no puedo tomarlos invariablemente como modelos a seguir por todos.
En el telegrama diario en ocasiones no puedo decir más de media docenas de cosas mínimamente relevantes. Cada año es más parecido al anterior en hábitos de vida. Mi biografía se llena de ritos: paseos, escritura, conversaciones, lecturas, algunas infos. Benjamín Franklin dijo que invertir en conocimientos es lo que produce los mayores intereses. Sí, estoy de acuerdo en eso, pero mis réditos materiales aunque cubren mis necesidades logísticas siguen siendo escasos. No pasaré a la historia por ser el hombre más rico del mundo, ni siquiera de mi continente, tampoco de mi país o de mi localidad. Tampoco podrá decirse que lo sea del grupo de mi clase. En cambio podría batirme verbalmente sin sonrojo con cualquiera, también con el más glorioso o el más rico, de tú a tú, en la desnudez de los títulos y con los verbos por todo recurso. No es mi glorificación lo que puedo esperar de mí. La gloria es un veneno que hay que tomar a pequeñas dosis dijo Honoré de Balzac. Tampoco  es mi intención alcanzar un caché que yo no pagaría en otro. Cada año lo paso sumando actos a los actos realizados en anteriores años. Hay pues una parte de repetición. Otra parte de innovaciones dadas por nuevas geografías y nuevas experiencias. En tercer lugar hay un aumento de mi mismo en mis elecciones. Inevitablemente cada año sé y tengo más cosas que el anterior.

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