La poesía no puede ser explicada, de serlo termina en el campo del ensayo.

lunes, 29 de noviembre de 2010

La imposibilidad de la unificación perceptiva.

La imposibilidad de la unificación perceptiva para todo.JesRICART
Para maximizar la unificación perceptiva del mismo objeto, la propuesta de su matematización (desglosar en representaciones numéricas las unidades de las que se componga) tendría por efecto inmediato su elitismo, con lo cual no se ganaría gran cosa al no reducir la variabilidad interpretativa de una mayoría que se abstuviera en meterse en esta clase de cabalística. Eso hace que la multitud de discursos y de relatos sobre los hechos compartan/mos las jaulas de grillos y las ollas de las cocciones de teorías y análisis sin alcanzar nunca del todo conclusiones definitivas. No tenerlas parece a primera vista  una catástrofe para la unidad pero se puede ver al revés: una rica  contribución a la diversidad y a la multiplicidad de estímulos (aunque así nunca hubiéramos levantado pirámides ni  otras virguerías de la ingeniería) Un mismo input reestimula de manera diferente, lo que aún siendo el mismo objeto toca reconceptuarlo como un potencial multiestimulario.(el zapato de mujer de tacón es un fetiche altamente apreciado por los fetichistas sin pasar de ser un zapato para los no fetichistas).
La propuesta matemática para la interpretación del universo y todo lo que contiene es un intento para construir definiciones estables de las que no se deriven lecturas erróneas. El libro de geometría de Euclides de Alejandría (del que por cierto no está establecida con seguridad su biografía no sabiéndose si se trataba de un equipo de matemáticos, tomando el nombre genérico de Euclides de Megara, que había vivido unos cien años antes) Los elementos,  todavía sigue usándose. Considerada como  una obra científica de amplia reputación legada por la antigüedad griega. La importancia de la geometría y por tanto de sus expresiones numéricas en la antigüedad no ha sido superada por la actualidad, más bien al contrario. El anumerismo y la fobia matemática es una de las pandemias que coexiste en todos los medios estudiantiles mientras se van siguiendo los programas de estudio. En el frontón de la escuela platónica se advertía que no entrara nadie que no fuera geómetra. Si ahora nos encontráramos con un cartel equivalente a la entrada de conferencias en centros astronómicos o en espacios de filosofía nos alarmaríamos y el aviso sería considerado como discriminatorio.
Hay la noción de una geometría sagrada, planteada por el  gnosticismo y el esoterismo, que establece una conexión entre la matemática y la geometría y la espiritualidad y otros conceptos místicos. Hay una sutilidad del saber o la aspiración de un saber a la sutilidad que no queda al alcance de los estudios formativos que no van más allá del conocimiento socialmente requerible.
El mundo perceptivo de lo humano va mas allá de todo lo que contiene el planeta que habita. Desde los cuerpos celestes  más lejanos a los objetos diseñados más próximos todos forman parte del universo percibido.
 A diferencia de lo preexistente a la mano y voluntad humanas, el diseño de algo nuevo, de un objeto a crear o construir contempla  4 componentes: lo práctico (su función), lo visual (su imagen), lo relacional (su referencialidad) y lo conceptual (su significante). Dependiendo de la intensidad de cada uno de estos componentes se puede estimar si lo que predomina es el pragmatismo, lo icónico, lo proyectivo o lo filosófico. La actitud de sujeto ante lo que le rodea es una u otra según el imperio en su psique de cada uno de esos componentes. El mundo de las formas y de los hechos está tanto más estropeado cuando lo icónico predomina oir encima de lo funcional y lo relacionario por encima de lo esencial. Una no despreciable cantidad de objetos de los que nos rodeamos son elegidos por su imagen, es decir por su simulacro, no por su verdad  contrastada.
Establecido que un objeto -con un conjunto de propiedades estables-  impacta formando cuadros sensoriales diferentes dando lugar a interpretaciones distintas ,también cabe añadir que da lugar a tantos otros diferentes objetos  proyectados  según las proyecciones a las que se le someta. Un cilindro suspendido en el espacio con dos proyectores de luz  perpendiculares a ese cilindro desde dos de sus lados da lugar en dos pantallas que formen un Angulo de 90 grados entre si, a un circulo y a un cuadrado rectángulo(si la altura del cilindro es superior al diámetro de sus bases). Daria lugar a tantas mas formas icónicas a cuantos distintos enfoques de luz se sometiera. Tenemos que un objeto tridimensional se desglosa en estos dos (y un número mayor según fuera mayor la cantidad de eso otros haces de luz) objetos bidimensionales. Interpretativamente, un objeto no es menos objeto por el hecho de que en tanto que  imágenes proyectadas desaparezcan sin el recibo de luz del objeto proyectado del que dependan. Son objetos de distintas categorías: la vida efímera o intermitenente  de uno depende de la luz mientras que la vida menos efímera del otro se extinguiría con la destrucción de la composición que ensambla sus partes. Este criterio perceptivo es de enrome utilidad para entender el mecanismo de la sensibilidad y por extensión el de la sentimentalidad. No inferiré que una figura como recuerdo (imágenes) permanece mas allá de su proyección (convivencialidad y experiencias  con el individuo físico presencial) por una incapacidad en recodificarla para que se desvanezca tranquilamente pero sí ocupando un espacio que impide ser usado por otras. El cerebro como receptáculo de retroproyecciones no admite el solapamientos de múltiples imágenes que se distorsionan entre sí, análogamente en la sala de proyecciones para el experimento si junto a este cilindro colocamos otros muchos objetos físicos(una pirámide, un caja de cd y una estilográfica o cualesquiera otros que se elijan) las imágenes proyectadas no permiten distinguir cuales son los objetos origen con los que se forman. ¿el cerebro no es más que  las paredes de una habitación? No, estoy seguro que es mucho más, pero por lo que hace a retentiva de imágenes como objetos no reestimulados por los físicos de ellas , tienden a ocupar un espacio que exclusivizan y que no son mezcladas, de serlo tienden a desdibujarse, hasta llegar a extinguirse por completo. No conocemos el mecanismo nervioso por el cual unas imágenes se conservan a perpetuidad parece  (y los sueños las devuelven una y otra vez aunque pasen años de por medio sin que aparezcan) y otras quedan circunscritas a una época pasada y ya no vuelven jamás. Una tesis es que el saber sí ocupa lugar (en contra de la frase tópica que dice lo contrario) y el espacio se re administra relegando lo mas innecesario frente a lo que es más necesario. La retención de un objeto y su permanencia mayor o menor en el tiempo biográfico depende de la significación emocional vigente que aquel tuviera (hay que repetir una vez más, lo mismo con las cosas que con las personas). Además la toma de posición ante un objeto (la actitud más receptiva o menos) depende de la inferencia (a menudo ocultando un pre-juicio) que se haga desde antes de que exista la oportunidad de estudiarla, auditarla o encajarla.  Eso queda demostrado por las faltas perceptivas sistemáticas que sabotean la información de la realidad: la de mirar y no ver, la de estar y no sentir, la de coincidir y no encontrarse, la de andar y no ir, la de desear y no amar, la de hablar y no decir, la de oir y no escuchar, la de recibir y no entender.
Además del sistema perceptivo se necesita una gran capacidad imaginativa para (re)construir el mundo mentalmente de acuerdo a lo que pueda dar más de sí, no aceptándole en sus límites instaurados por visiones estériles de escasa fuerza de voluntad. Mircea Eliade en La nostalgia de los Orígenes  refiere la dificultad de funcionamiento de lo imaginario en el espíritu humano sin la convicción de la existencia de algo irremediablemente real en el mundo. Para traducir verbalmente el significado ultimo de un  objeto (y todos, incluidos los lenguajes artísticos como la danza, la pintura, la escultura  o la música, son pasados por el lenguaje verbal) se necesita algo más que afinar la percepción, se necesita repasar los criterios interpretativos determinados por  los conceptos de forma y de esencia. Sin imaginario que vaya más allá de la dimensión realista de un volumen o de una imagen o de una idea, la posibilidad de entender un objeto  totalmente (pasándolo  a formar parte de uno e incluso personalizándolo con uno como parte de él) queda cerrada.
La percepción de algo está sumamente comprometida con su intelección (entenderlo) y esta intelección con el cálculo de sus componentes. El acto perceptivo que aparentemente es instantáneo remite a un conjunto de operaciones que empiezan con el sistema nervioso periférico y terminan en el sistema central según el material endógeno que se tiene sobre aquel algo percibido. El resultado es siempre una impresión u otra no por el objeto mismo sino por las mentes condicionadas.

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